miércoles, 15 de agosto de 2018

Dojo Kun

Dojo Kun
El Dōjō Kun es una serie de preceptos que suelen estar colgados y escritos en Kanji (ideogramas japoneses) en la pared de los Dōjō de las artes marciales japonesas modernas del karate o del Judō, y en el arte marcial del Aikidō. Estas disciplinas, se encuentran incluidas en el conjunto de artes marciales modernas (gendai budō). 

A pesar de que se sabe que la mayoría de las reglas son posteriores a la Segunda Guerra Mundial, Gichin Funakoshi (el padre del karate moderno japonés) no las menciona en su autobiografía. En muchos casos se perpetúa la tradición de los preceptos del Bushidō que ayudaban a mantener una línea de pensamiento en el practicante. 

En el caso del arte marcial del karate-dō se les relaciona con la esencia de Niju kun, los veinte principios escritos por el padre del Karate moderno Gichin Funakoshi, quien era un ferviente seguidor de la filosofía china del confucionismo, según la cual, se da gran importancia a los ritos; al ser formas de conservar el pasado místico que fue legado; el confucionismo apoya que se los siga practicando y les da nuevos valores. Eran vistos por los confucianos como un símbolo de jerarquía y poder. Además, es un método de auto disciplina y dominio de uno mismo, al hacer que el individuo deba realizar algo de una manera precisa. De esta manera, los ritos como el Dōjō Kun, garantizan que la sociedad, el Estado, la familia y la escuela funcionen correctamente, ya que las acciones del gobierno deben tener orden y jerarquía. 

Sin embargo hay que notar que en épocas previas a la Restauración Meiji o siglo 20, estos preceptos del Dōjō, le permitían al guerrero feudal japonés o samurai retomar su lugar en la sociedad en los períodos entre guerras o de paz, buscando su armonía o "wa" dentro de ésta. 

A continuación se muestra el Dōjō Kun del Hombu Dojo (Dōjō Central) de la Japan Karate Association (JKA) en Tokio, perteneciente al arte marcial del karate-dō estilo Shōtōkan, escrito por su fundador Gichin Funakoshi

道場訓 
人格完成に努むること。 
誠の道を守ること。 
努力の精神を養うこと。 
礼儀を重んずること。 
血気の勇を戒むること。 

HITOTSU! JINKAKU KANSEI NI TSUTOMURU KOTO! 

jinkaku = personalidad, kansei = completa (perfecta), ni = hacia, tsutomuru = esforzarse (comprometerse) 

HITOTSU! MAKOTO NO MICHI O MAMORU KOTO! 

makoto = verdad, no = <posesivo>, michi = camino, wo = con respecto a lo anterior, mamoru = defender 

HITOTSU! DORYOKU NO SEICHIN O YASHINAU KOTO! 

doryoku = esfuerzo, no = <posesivo>, seishin = espíritu, wo = con respecto a lo anterior, yashinau = cultivar 

HITOTSU! REIGI O OMONZURU KOTO! 

reigi = cortesía, wo = con respecto a lo anterior, omonzuru = honrar 

HITOTSU! KEKKI NO YUU O IMASHIMURU KOTO! 

kekki = vigor (ímpetu), no = <posesivo>, yu = valentía, wo = con respecto a lo anterior, imashimuru = reprimir (abstenerse) 

HITOTSU; literalmente significa "una cosa" "únicamente" "sólo", pero que se puede entender como lo primordial, lo más importante, lo primero, lo principal. Esta palabra antecede a cada precepto para ubicarlo al mismo nivel de importancia que los demás. La palabra koto, con la que finaliza cada precepto significa "cosa" y se usa como conjunción entre preceptos. Además, en japonés no indica el posesivo de la palabra que le precede; por ejemplo: doryoku no seishin = "el espíritu del esfuerzo" (doryoku = esfuerzo, seishin = espíritu). Las palabras wo y wa se usan para indicar que el elemento precedente es el sujeto de la oración; por ejemplo reigi wo omonzuru = "con respecto a la cortesía, honrarla" (reigi = cortesía, omozuru = honrar). Finalmente, la palabra imashimuru pareciera arcaica, sin embargo, contiene el radical 戒 que significa "reprimir" y usualmente se traduce como "abstenerse". 

Traducción (libre) al castellano: 

Respeto a los demás 
Esfuerzo y constancia 
Reprimir la violencia 
Guardar siempre fidelidad 
Perfección de la personalidad 

Otra traducción (y quizá más moderna), sería: 

Ante todo, ser correcto, leal, y puntual! 
Ante todo, intentar perfeccionar el carácter! 
Ante todo, intentar superarse! 
Ante todo, respetar a los demás! 
Ante todo, abstenerse de proceder violentamente! 

Las palabras "ante todo" son sustituidas al estilo que el maestro de cada dōjō decida siempre que sea por algo que deje en claro que es la prioridad, por ejemplo: Primero, Uno, Siempre, etc. 

En los dojos donde el idioma local es distinto del japonés, es común recitar el Dojo Kun en ambos idiomas primero en japonés y posteriormente en el idioma nativo de la región. 

Una forma popular de recitar el Dōjō Kun en dōjōs de habla hispana, sobre todo aquellos dōjōs practicantes del estilo Shōtōkan (principalmente los pertenecientes a la asociación JKA), sería la siguiente: 

Primero, Esforzarse por la perfección del carácter. 
Primero, Defender los caminos de la verdad. 
Primero, Fomentar el espíritu del esfuerzo. 
Primero, Honrar los principios de etiqueta 
Primero, Guardarse contra el valor impetuoso. 

En el Hombu Dōjō de JKA en Costa Rica se recita así: 

Buscar un carácter perfecto. 
Ser leal. 
Esforzarse. 
Respetar a los demás. 
Abstenerse de la violencia. 

La forma del Dōjō Kun puede variar de un estilo a otro, a veces tan sólo varía el orden de los preceptos mostrados. En Japón se suele recitar al final de la clase, algo que se suele hacer muy poco en Europa y en América depende del país en el que se encuentre. También se suele recitar después del mokuso (período de concentración/ visualización / aislamiento mental), y previamente al Shomen ni rei (saludo al fundador), del Sensei ni Rei (saludo al maestro) y del Otagai ni Rei (saludo a los compañeros de clase) que se realizan para finalizar la clase. 

En algunas escuelas, variantes y estilos de karate se recita únicamente en ocasiones solemnes, como en la ceremonia de cambio de grado del dojo, o para dar la bienvenida a los nuevos cinturones blancos. 

Formación de la personalidad 
Rectitud 
Esfuerzo y constancia 
Respeto a los demás 
Reprimir la violencia 

Tanto en el karate, como en el Judō y en el Aikidō, el Dōjō Kun, engloba la filosofía y principios técnico-tácticos del arte. Por esto es importante conocerlo, ya que permite trascender el practicarlo sólo como un deporte o actividad física.
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Valores del Karate Do

Función educativa de las Artes Marciales.

A la actividad físico-deportiva se le atribuye un carácter multifuncional "Su práctica consigue agrupar fines e intenciones educativas muy diferentes entre sí pero que, en conjunto, atienden a las necesidades que surgen de la sociedad actual".
En nuestra entidad, cuando hablamos de niños y jóvenes, la función comunicativa y socializadora del deporte, en cuanto a su papel pedagógico cobra especial relevancia. En este sentido, no concebimos la práctica de las Artes Marciales como un objetivo en sí mismas, sino como un medio para participar en su proceso educativo, es decir, utilizarlas como instrumento que facilite el pleno desarrollo e integración social del niño. De forma más explícita, podemos señalar como fines de las Artes Marciales los siguientes:
  • Favorecer el conocimiento, percepción y funcionalidad del propio cuerpo.· 
  • Facilitar su expansión motora. Compensar las necesidades de movimiento y liberar las tensiones emocionales del pequeño. 
  • Optimizar el desarrollo de las capacidades motrices y habilidades perceptivas básicas. 
  • Adquirir las habilidades y destrezas específicas. 
  • Mejorar las cualidades físicas acordes a cada estadio evolutivo del niño. 
  • Fomentar la sociabilidad del niño, promoviendo la comunicación y el establecimiento de relaciones grupales equilibradas. 
  • Propiciar la expansión y el hedonismo. 
  • Orientar los intereses de niños y jóvenes hacia conductas y hábitos positivos para la salud y el bienestar. Proporcionar las pautas de conducta y los recursos técnicos necesarios para la autoprotección y la seguridad personal. 
Las Artes Marciales, por su propia naturaleza, promueven actitudes como: como el coraje y la valentía, el espíritu de lucha, el autocontrol, la tenacidad y la perseverancia, la honestidad en el esfuerzo, la cortesía, el respeto a uno mismo y a los demás, el acatamiento de las normas, el ánimo colaborativo y la subordinación de los intereses personales a los del grupo. 

De estas actitudes se deriva el desarrollo de valores como: el respeto mutuo, la lealtad, el honor, la disciplina, la autosuperación y el esfuerzo personal, el compañerismo y la amistad...

La capacidad de las Artes Marciales para fomentar valores.

Los valores son adquiridos a través de los procesos de socialización y de transmisión entre los seres humanos. Estamos hablando, por consiguiente, de un proceso no espontáneo de enseñanza-aprendizaje basado en la relación maestro-alumno, y las condiciones contextuales en que se produce. 

El papel del maestro: Desde el respeto a todas las disciplinas deportivas, yo considero que el maestro de Artes Marciales no es un entrenador deportivo común. Además de su autoridad como adulto y aptitud técnica, el "cinturón negro" y la aureola de misticismo que envuelve a las Artes Marciales le confieren un plus de "súper-capacitación". El maestro de Artes Marciales, para bien o para mal, suele ser idealizado y se convierte en modelo. Por esta razón, entre otras, el maestro o entrenador, debe ser consciente de lo que dice y coherente con lo que hace. Es incuestionable que además de transmitir técnica deportiva, el maestro transmite a sus alumnos unos valores y lo hace tanto por lo que dice como por lo que hace y cómo lo hace.

Por su parte el maestro ha de procurar:
La creación de un ambiente integrador que conjugue lo lúdico y recreativo con el aprendizaje técnico.
  • Estimular el esfuerzo como vía para el progreso. 
  • Que niño aprenda y haga aquello para lo que está capacitado. 
  • Conjugar enseñanza y educación. 
  • Mantener al alumno como sujeto activo de este proceso. 
Importancia del contexto:
Por lo general, las artes marciales suele gozar de buena valoración social y están prestigiadas por la comunidad, entre otras causas, por su reconocida capacidad formativa. Lo que singulariza a una escuela de Artes Marciales respecto a la escuelas deportivas al uso, es que en ellas se prioriza el ámbito pedagógico sobre el competitivo. Se anteponen los intereses del menor a los resultados deportivos. Todos los niños son igualmente protagonistas y progresan de acuerdo a su capacitación técnica y esfuerzo personal.
Una escuela de Artes Marciales es un espacio singular en el que la actividad deportiva se desarrolla envuelta en una atmósfera de trabajo, disciplina y respeto que se refuerza mediante los rituales propios de las Artes Marciales: la figura del maestro, la jerarquía de grados, las relaciones entre nóveles y veteranos, el saludo, la vestimenta...
Desde tiempos inmemoriales el adiestramiento tradicional en las Artes Marciales ha llevado inherente la sujeción a un código de conducta, el "bushido" que tiene como máximas virtudes: el valor, el estoicismo, el honor y la lealtad.
Las Artes Marciales tradicionales incluyen el sufijo "do" al final del sustantivo (kendo, judo, aikido, karate-do). En japonés, "do" significa: la vía, el camino ¿Cómo se puede seguir esta vía? ¿Cómo encontrarla? Según Taisen Deshimaru, "No es sólo aprender una técnica, menos aún es una competicióna deportiva. En Budo (Artes Marciales) la idea no es el competir, sino encontrar paz y maestría dentro de uno mismo".
En este sentido, en Karate-Do encontramos unos preceptos (Dojo-Kun) que se repiten en cada clase como recordatorio de los propósitos del Centro:
FORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD
RECTITUD
ESFUERZO Y CONSTANCIA
RESPETO A LOS DEMAS
CONTROL DE LA AGRESIVIDAD Y RECHAZO DE LA VIOLENCIA
La estricta observación de éstas y de otras normas finalmente calan en el alumno y se arraigan en él como valores que finalmente impregnan un estilo de vida caracterizado por: 
  • La autoestima personal y la confianza en si mismo. 
  • La exaltación de pautas de conducta saludables y el uso creativo y formativo del tiempo libre. 
  • El espíritu cooperativo y solidario en un esfuerzo común. 
  • La fuerza de voluntad y tenacidad en los propósitos. 
  • El sentimiento de pertenencia y reconocimiento dentro del grupo. 
"El hombre, si no quiere dejar de ser hombre, debe alimentar valores, recuperar los perdidos o avizorar otros nuevos; debe buscar en los mismos hábitos de la sociedad cuanto de aprovechable y valorizador pueda sacar de ellos".

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