Anomia en el Deporte
Etimológicamente.
Se denomina a la falta de normas o incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos de lo necesario para lograr las metas de la sociedad, dicho de otra manera, es un estado que surge cuando las reglas sociales se han degradado o directamente se han eliminado y ya no son respetadas por los integrantes de una comunidad, también puede hacer referencia a la carencia de leyes.
Falta de normas o a la incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos lo necesario para lograr las metas de la sociedad. El término de anomia se emplea en sociología para referirse a una desviación o ruptura de las normas sociales, aunque no de las leyes y fue introducido por Émile Durkheim y Robert K. Merton.
Es más que aquella actividad deportiva que se lleva a cabo en sitios o lugares clandestinos con fines recreativos sin ningún tipo de competición alguna, ya que se utilizar para matar el ocio, y de igual forma también sirve para la socialización de las personas ya sea en una comunidad, barrio u urbanización.
Generalmente estas actividades de juego o deportes improvisados carecen de un árbitro o persona que regule las faltas o infracciones, pero si es importante que existan líderes o capitanes en cada equipo que puedan explicar las normas con las que se juega a todos los compañeros (cuales son las faltas, límites de la cancha, duración del partido, entre otros...) y que a su vez sean garantes del cumplimiento de las mismas.
Es importante tenerlo en cuenta para saber que toda actividad deportiva debe tener ciertas reglas, las cuales pueden de cierta manera regular la actividad de todos los que practican el deporte y de esta forma evitar desviaciones en la conducta de todos los participantes por no tener claros los límites entre lo que sería permitido y lo prohibido.
Finalmente, sabemos que el deporte y las actividades físicas y recreativas seguramente no tendrán todas las respuestas para la intolerancia, el autoritarismo, la anarquía, y las conductas desviadas que a veces observamos en la sociedad en nuestra atribulada vida cotidiana, pero indudablemente colaborará y mucho en combatirlas formando seres autorrealizados, libres, tolerantes, responsables y abiertos a lo universal.
Limites Humanos en el Deporte de Alta Competencia
Objetivos que se han planteado desde el inicio del programa de entrenamiento. En el desarrollo el plan de entrenamiento, o sea en la práctica deportiva, se busca alcanzar la estabilidad entre todas las capacidades humanas, y cuando se ha alcanzado dicha estabilidad, entonces estaremos ya en el Alto Rendimiento. Cuando nuestros objetivos son el mejorar nuestro rendimiento deportivo basándonos en los resultados previos, siempre tendremos un reto a vencer, ya que en nuestra práctica diaria trabajaremos para eficientar nuestros recursos (capacidades) en pos de los resultados obtenidos. Así, estaremos compitiendo con nosotros mismos. Sin embargo, hay quien establece como objetivo el mejorar un resultado que no es propio, sino que se plantea mejorar el resultado de alguien más o simplemente establecer un record. El Alto Rendimiento significa trascender los límites actuales dentro de la práctica deportiva, mejorar nuestro rendimiento deportivo.
El objetivo fundamental llevar al ser humano a su máximo rendimiento: en capacidades físicas, técnicas, e incluso psicológicas, en búsqueda de los mejores resultados. Incluso desde antes de que aparecieran las competencias deportivas el ser humano siempre ha tenido la necesidad evolutiva y de subsistencia como especie, de moverse cada vez más rápido, llegar cada vez más alto o ser cada vez más fuerte, como lo indica la locución latina "Citius, altius, fortius" frase pronunciada por el fundador de los Juegos Olímpicos de la edad Moderna, el barón Pierre de Coubertin en Atenas en 1896 y que también fue el lema de los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972.
En todos los deportes vemos como cada vez se establecen nuevas marcas y récords, que en muchos casos parecían imposibles de realizarse, o hazañas de atletas a quienes podemos considerar como verdaderos "superhumanos" y que gracias a la evolución natural de las capacidades del ser humano, así como a la ayuda y avances en las ciencias y tecnologías aplicadas al deporte han permitido que se sigan estableciendo récords y marcas en el deporte de alto rendimiento.
Cuando hablamos de los límites Humanos del deporte de alta competencia o alto rendimiento, aparte de hacer referencia a los límites fisiológicos que es capaz de conseguir y superar un deportista o atleta a extremos inimaginables, debido a los rigurosos entrenamientos físico y técnico tácticos que realizan logrando alcanzar niveles óptimos de adaptación fisiológica para un objetivo, estamos hablando o haciendo referencia a la psicología deportiva Ya que en los altos niveles competitivos Para lograr la excelencia en el alto rendimiento deportivo es fundamental maximizar todos los recursos disponibles, tanto físicos y técnicos como los mentales. Sólo así se pueden traspasar los propios límites, expandir las capacidades y aspirar a estar en la cima de la disciplina. Todos consideran y destacan que el aspecto mental es fundamental en el juego o competencia, Casi todo lo mental está librado a la buena voluntad y al sentido común.
Actualmente, se trabaja sobre el cerebro de los deportistas, se aplican los conocimientos de la ciencia al entrenamiento diario, algo que se consigue, por ejemplo, a través de ejercicios para mejorar el campo visual y acortar los tiempos de reacción frente a un estímulo. Según un estudio del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD), esto mejora en un 19% la velocidad de respuesta. “El 80% de la información ingresa al cerebro a través de los ojos, y éstos se mueven por medio de seis pares de músculos que son entrenables.
Cada vez que aparece un ser humano tan dotado genéticamente para abordar los límites de la condición humana, como es el caso, asalta la pregunta de hasta dónde puede llegar el hombre. Y es una pregunta igualmente humana, lógica, con una respuesta, a mi entender igualmente sencilla: Nunca conoceremos el límite humano porque las combinaciones de las variables que influyen en el rendimiento son prácticamente infinitas, aunque se puedan resumir en varios bloques:
1.- La condición genética: ¿Cuál es la condición genética perfecta para una prueba deportiva concreta? Estatura, tipo de fibras musculares, capacidad para generar energía elástica, ya de por sí, las combinaciones son infinitas, al menos en la teoría, aunque se pueda establecer un biotipo aproximado y teórico.
2.- El acceso a la práctica. ¿Y si Bolt nunca hubiera hecho atletismo? ¿Cuándo habríamos contado en el atletismo con alguien similar?
3.- El entrenamiento perfecto. ¿Cuál es ese entrenamiento? Si alguien lo conoce, por favor que me lo diga, me interesa. Niveles de carga “perfectos” para el atleta, medios de entrenamiento “perfectos” para el atleta, planificación “perfecta” …
4.- Las condiciones de competición óptimas: condiciones climáticas: viento, temperatura y humedad perfectos. Motivación máxima (como dice un buen entrenador “la ciencia termina donde empieza la voluntad del atleta”).
Relación Entre Deporte Cultura y Sociedad
En vísperas del advenimiento del siglo XXI, autorizadas opiniones aseguran que el deporte constituye la Institución Social más llamativa del presente siglo, donde arrastra tras de sí a una infinidad de personas, pues éste les ofrece amplias posibilidades de socializarse o insertarse en un mundo cultural fabuloso y multifacético.
También desde el "Cantar del Mió Cid"(1140), hasta la "Crónica de Ramón Muntaner" (1325), aparece el vocablo DEPORTAR como sinónimo de ejercicio físico y diversión, con reiteridad significativa.
Además desde tiempos inmemoriales, los convites olímpicos reunían al pensamiento cultural más ilustrado del momento, como a los poetas, filósofos, escultores, oradores y todos gustaban de aprovechar la multitudinaria coyuntura para hacer disertaciones de su erudición.
La Cultura es el rostro de la personalidad del hombre, por lo que manifiesta tanto la consecución de sus valores como las de la sociedad donde vive. La cultura de una época tiene sus cimientos en esos valores de los hombres y su manifestación más evidente en el contexto social.
Considerando al deporte dentro de la meditación anterior nos dice que este está insertado en una Época Cultural determinada, como elemento legítimo y como real representante de esa sociedad y de su cultura.
El deporte como expresión de la vida cultural de la humanidad se interpenetra en múltiples aristas que son manifestaciones de la CULTURA. Tal es así que nuestro Alejo Carpentier hace algunas décadas reconoció a Píndaro como el cantor de los deportistas de su época , cuando narró de forma subliminal una regata; cuando Platón y Plinio exaltaron la belleza de la equitación, cuando el escritor humanista francés Rabelais tuvo la clarividencia de plantear el papel educativo del deporte de una de sus obras cumbres. Nos recordaba Carpentier también como el juramento que inició la auténtica Revolución Francesa, se efectuó en una instalación construida para el juego de béisbol.
Como vemos el deporte aparece reflejado como baluarte de la cultura universal en la antigüedad pero no se expresa en ese ritmo en otras manifestaciones culturales, como en la literatura del siglo XIX, que ignora esta temática, a no ser en sus finales que en obras de Jorge Honet y D. Annunzio se referían a la esgrima, pero solo reconociendo su faceta en saldar deudas entre los caballeros de la época, además se refirieron a los deportes de caza y equitación.
Fuera de lo planteado todo aquello que cultivara la actividad física o tan solo la asistencia a un espectáculo deportivo, se consideraba algo burdo. Así oscilaban las concepciones de la cultura deportiva de la época.
Estas concepciones van variando al arribar el presente siglo alentados por jóvenes practicantes, también con procedencia social burgués, aunque esta inclinación se adhería a deportes que para su práctica requerían de especializados medios y recursos financieros como el POLO, el GOLF, el TENIS, jugándose en clubes.
La práctica deportiva estaba concentrada en esta clase social y ponían el deporte en función de su status social soslayando toda voluntad de explotar los beneficios del adiestramiento de los músculos.
Esta polarización seguía, pues en el polo contrario aparecía otra cultura deportiva que iba encaminada a la creación de grupos sociales espontáneos a la movilización de grandes masas, en función del boxeo, béisbol, de eventos de atletismo, donde cada día sumaban más espectadores y se aunaban esfuerzos populares para construir instalaciones deportivas, que en ocasiones fueron rústicas.
Se adentraba el siglo, se desarrollaba y popularizaba el deporte, y se acentuaba una cultura deportiva, pues en las competiciones vibraban las odas al deporte e himnos a los campeones que ya tomaban fuerza no solo en la literatura, sino se coreografiaban piezas de ballet siguiendo los movimientos de un tenista, como "JUEGOS" del músico francés Claude Debussy; "Rugby" poema llevado a la sinfonía por el suizo y autor de obras de cámara Arthur Hongger, las pinturas que ilustraban a ciclistas y nadadores del pintor francés Fernand Leger y a consideración del escritor francés , nacido en Suiza Blaire Cendras en los movimientos de un gimnasta, hay tanta belleza como en una pieza de ballet.
A propósito de lo antes dicho, hoy se considera que el ballet resulta cada vez más deportivo al desarrollar elementos de gimnasia. En una declaración de la primera bailarina Maia Plisetskaya comentaba, que si sus bailarinas saltaran como Marina Lóbach gimnasta búlgara, el Bolchov sería el mejor ballet del mundo, siendo de gran regocijo que esta personalidad considere que tanto en las gimnastas como en las bailarinas están presentes elementos artísticos.
El séptimo arte también ha penetrado en el campo deportivo, aunque a consideración de directores y realizadores, ejecutar filmes olímpicos es algo muy complejo, pues consideran que la televisión es un medio más expresivo y más completo para comunicar grandes emociones.
Existe una cultura del deporte, somos partícipes en plantearlo como hecho consumado, ya que sobrados elementos aquí expuestos hacen opinar que DEPORTE ES CULTURA. PORQUE LA CULTURA COMO MODO DE SER, DE VIVIR Y DE HACER A LOS HOMBRES, COMPRENDE Y ABARCA LA BELLA Y DURADERA HUELLA QUE IMPRIMA Y QUE DEJEN EN LOS PUEBLOS, EL EMPEÑO Y EL LOGRO DEPORTIVO.
Es primordial continuar con el estudio de las políticas públicas estatales que promueven el derecho al acceso y la práctica sostenida de la actividad física y/o el deporte. Procuramos conocer las medidas que los gobiernos en sus distintos niveles (nacional, provincial, local) formulan y ejecutan de manera efectiva para el crecimiento y desarrollo inclusivo del deporte y la actividad física. Frente a la toma de decisiones de los gobiernos vigentes, es central también conocer las tácticas que las organizaciones de base formulan en el territorio para negociar con el proceso privatizador.
Pensar sociedades democráticas implica generar recursos e información en pos de la producción de oportunidades para sectores minoritarios y/o que han sido relegados a lo largo de la historia al silencio y ostracismo. Por esto, en el marco actual y global de reivindicación de derechos que encabezan las mujeres en el mundo, un tema a debatir entre lxs integrantes del GT refiere a las relaciones de género en distintos deportes. En torno a este eje, pretendemos problematizar la constitución de las masculinidades y feminidades hegemónicas y alternativas en este campo, las violencias ejercidas contra mujeres y disidencias, las estrategias de organización y demanda de las y los atletas y la construcción de representaciones generizadas en los medios de comunicación tradicionales.
En la actualidad, nadie duda de la importancia del deporte en nuestra sociedad, tanto en su faceta de espectáculo como en su dimensión práctica en el ámbito del ocio. Aunque tradicionalmente se le reconoce un gran potencial educativo en la adquisición de valores sociales deseables, lo cierto es que, examinando algunos de los discursos e imágenes del deporte contemporáneo, podemos apreciar su carácter conflictivo, por cuanto puede ser vehículo de transmisión de valores moralmente cuestionables. El objetivo de este capítulo es examinar las características del deporte de una manera crítica e interrogarnos sobre su contribución a la formación integral y a la potenciación de las capacidades morales y sociales de los niños y niñas en edad escolar. Asimismo, se propondrán algunas pautas pedagógicas dirigidas a la utilización de la práctica deportiva como un medio a través del cual, niños y niñas pueden ser estimulados en sus capacidades personales y aprender formas de convivencia democrática.
El deporte es hoy día un fenómeno de extraordinaria importancia social que merece la atención de investigadores y estudiosos. Pero también forma parte de los estímulos, situaciones, experiencias y emociones a los que cualquier ciudadano/a de las sociedades más avanzadas se puede exponer. Es decir, ocupa un lugar preeminente del imaginario social cada vez más “mundializado” al que asistimos recién estrenado el siglo XXI. Si hablamos del campo de la motricidad como una las dimensiones de la globalidad de la persona, sin duda el deporte es la manifestación más popular, tanto desde el punto de vista de su práctica como de su consumo en forma de espectáculo.
En los discursos que frecuentemente nos llegan se suele relacionar el deporte, especialmente la práctica físicodeportiva, con numerosos beneficios físicos, psicológicos y sociales. El deporte es presentado como un gran instrumento para el desarrollo integral del ser humano. Existe una gran cantidad de estudios y reflexiones sobre los beneficios de la práctica físicodeportiva en cada una de las áreas de desarrollo del ser humano: física (mejora de salud y prevención de enfermedades en distintos sistemas fisiológicos, mejora de habilidades motrices…), psicológica (mejora de la autoestima y el autoconcepto, aumento de la sensación de competencia, mejora de las situaciones de estrés, trastornos sueño, depresión…) y social (mejora relación con los demás, cooperación, sentimiento de equipo, reforzamiento de identidades colectivas…). A ello podríamos añadir su potencial como medio educativo y de transmisión de valores morales. Sin embargo, no debemos caer en una retórica simplista que defiende el deporte como un fenómeno positivo per se y que, por tanto, debe promocionarse entre la población. Una mirada a algunas investigaciones al respecto nos deja entrever su “carácter dialéctico” (Gutiérrez, 1995), por cuanto está plagado de ambivalencias y contradicciones en cada una de las dimensiones anteriores.
Si hablamos de los efectos positivos sobre la dimensión física, debemos considerar que la práctica físicodeportiva es saludable si se dan una serie de condiciones. Fundamentalmente, cuando incide en la mejora de la condición física-salud, cuando se realiza en un entorno seguro (espacios, materiales, equipamientos…) y cuando su práctica se desarrolla con continuidad a lo largo de la vida de la persona. Desde el punto de vista psicológico, es el ejercicio aeróbico el que permite mejoras en situaciones de estrés, depresión, ansiedad o nerviosismo. Asimismo, es importante que los desafíos y habilidades puestos en juego sean semejantes, establecer metas realistas, obtener información constante de los progresos y mantener la concentración en la práctica para que la experiencia deportiva sea realmente óptima.
Y qué decir del desarrollo de habilidades sociales y valores morales. Quizá es en esta área donde surjan mayores problemas para identificar el deporte como una práctica positiva en la formación del carácter del ser humano y en la promoción de valores sociales democráticos.
La creencia tradicional nos hace pensar que de la participación en juegos y deportes surgen cualidades como la lealtad, la cooperación, el dominio de sí mismo o la fuerza de voluntad. Especialmente los deportes colectivos, pueden proporcionar situaciones formativas que favorezcan la igualdad, la tolerancia, la resolución de problemas en el seno del grupo. De hecho, se le reconoce su capacidad como elemento integrador de colectivos inmigrantes, como medio para enseñar responsabilidades a los jóvenes en riesgo, para la prevención y tratamiento de drogodependencias, recuperación social de barrios marginales o potenciador de diversas funciones en personas con discapacidad.
Sin embargo, desde el punto de vista social y moral, también existen numerosas críticas que cuestionan los valores y las situaciones sociomotrices que se dan en la práctica y, especialmente, el modelo deportivo hegemónico proveniente del deporte competición. El deporte puede ser una fuente de desarrollo de actitudes y conductas democráticas, pero también fomentar conflictos, violencia, segregación social, intolerancia y exclusión. Y desde este punto de vista, si queremos defender el deporte como un elemento formativo y un medio para una socialización democrática efectiva, debemos atender los mensajes que los distintos agentes socializadores están volcando sobre los niños y niñas en edad escolar, precisamente por ser una etapa especialmente sensible en la formación del carácter y la identidad.
Los valores en el deporte, y la apuesta por una educación deportiva. Sin embargo, estas soluciones propuestas no suelen ser fácilmente aceptadas y transferidas a la práctica diaria, pues en ocasiones los profesionales implicados en el trabajo con niños y niñas las perciben descontextualizadas, difíciles de aplicar y con un exceso de trabajo por su parte. O manifiestan no ser educadores (especialmente en el ámbito de los clubes deportivos) ni moralizadores, olvidando que la ética y la moral forma parte de los asuntos humanos pues orientan al bien las acciones cotidianas de las personas como miembros de una sociedad y son necesarias para gozar plenamente de las capacidades humanas. En todo caso, tampoco funcionarán modelos educadores si continuamente se ven contrarrestados cuando no enfrentados por los mensajes de otros ambientes deportivos como el deporte espectáculo tan difundido por los medios de comunicación.
Por tanto, la educación en valores que viene predicándose desde años, aún peca de un escaso grado de coordinación incluso dentro del sistema deportivo y aún más si consideramos al resto de agentes socializadores. Si pretendemos utilizar el deporte como un medio promotor de valores democráticos, ninguno de estos potenciales agentes debería obviar su carga de responsabilidad. En este sentido, cabe recordar que si pretendemos enseñar a vivir y a convivir a los niños y niñas desde la infancia en un marco social digno debemos asumir que, como dicta un viejo proverbio africano, “para educar a un niño hace falta la tribu entera” (Marina, 2004). De este modo, iniciativas formativas como las que aquí se abordan desde el programa de Diputación Almería Juega Limpio, merecen nuestro máximo interés y compromiso, precisamente por nacer con la voluntad de llegar al mayor número de agentes sociales, empezando por los/as entrenadores/as, si queremos ya, educadores/as.
Deporte: Manifestación de la actividad física del ser humano, creada en el siglo XIX como forma de canalizar emociones y transmisión de los valores de la sociedad industrial: esfuerzo, superación, éxito, cálculo, racionalidad, eficiencia, competitividad. Se trata de juegos motrices codificados a través de reglas que regulan su desarrollo.
Socialización: Proceso de aprendizaje durante toda la vida que capacita al ser humano para poder realizar determinadas funciones sociales. Se trata de aquellos mecanismos que dotan a las personas para desarrollar sus proyectos vitales en un marco social. Ello conlleva la adquisición de habilidades que favorezcan la vida con los otros. A través de la socialización, vamos adquiriendo las pautas culturales hegemónicas de nuestro entorno.
Cultura deportiva: Cultura desarrollada en torno al hecho deportivo. Son las formas de ver el mundo deportivo, creencias y valores, costumbres y conductas más o menos compartidas dentro de un determinado deporte.
Educación deportiva: Tiene como objeto la formación de los alumnos y las alumnas como miembros de la ciudadanía, capaz tanto de vivir con autonomía y responsabilidad en el ámbito de la cultura deportiva, participando y disfrutando plenamente de ella, como de comprometerse de forma activa y crítica en la construcción y desarrollo de dicha cultura, en la sociedad democrática y sus valores
Dilemas morales en el deporte: Breves narraciones de situaciones deportivas (hipotéticas o reales), que presentan un conflicto que afecta a la decisión individual. La persona debe pensar cuál es la solución óptima y fundamentar su decisión a través de un razonamiento moral.
Modelos de razonamiento moral en el deporte: Procedimientos para el trabajo de los valores durante la práctica deportiva, basado en reflexionar sobre situaciones-problema e invertir en la argumentación y el razonamiento para tomar decisiones sobre hechos morales.
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